Un proceso participativo para la construcción sostenible de vivienda pública para jóvenes
David Bravo
22 Mar 2023

El Poble-sec, epicentro de la crisis residencial

El mercado inmobiliario del Poble-sec es uno de los más calientes de Barcelona. Vecinos y activistas describen los impactos de esta realidad en el tejido social del barrio y apuntan posibles soluciones, entre las que destaca la iniciativa WikiHousing.

El mercado inmobiliario en el barrio de Poble-sec

El Poble-sec es uno de los barrios barceloneses donde las dificultades de acceso a la vivienda se manifiestan de forma más cruda. Según datos del propio Ayuntamiento, el precio de los alquileres ha subido en el conjunto de la ciudad un 46,7 % entre 2014 y 2022. En el mismo período, el precio de venta de las viviendas de segunda mano ha pasado de 3.188 a 4.058 €/m², un incremento del 27,3 %. Lejos de ser homogéneos a lo largo y ancho del territorio, estos incrementos han afectado a cada barrio de formas distintas, en función de sus propias características. En el caso del Poble-sec, el mercado inmobiliario resulta ser uno de los más calientes de la ciudad. Tanto los alquileres como las compraventas del barrio han subido por encima de la media, situándose respectivamente en un 49,4% —tras un incremento de casi 300 € mensuales— y un 42,9% —tras una subida de más de 1.000 €/m²—.

El encarecimiento de la vivienda es uno de los asuntos que más preocupan a la población del Poble-sec. Según Tonet Font, arquitecto y urbanista que vive en el barrio desde hace más de quince años, los precios inmobiliarios exacerban la movilidad de los vecinos, «rompiendo la estabilidad de las relaciones que cohesionan el tejido social». Además, el fenómeno reduce las ventas del comercio local de la zona, ya muy dependiente de la clientela de otros barrios, como el Raval o Sant Antoni. Font sostiene que «los salarios no suben tanto como los alquileres y eso provoca que el barrio se empobrezca y se gentrifique». Por otro lado, a pesar de la fuerte subida de los precios, las viviendas que se alquilan en el Poble-sec suelen ser más pequeñas que en el resto de Barcelona. Los pisos del barrio tienen un tamaño medio de 60,1 m², un 17,9% inferior a los 73,2 m² del resto de la ciudad. De hecho, mejorar las condiciones de las viviendas antiguas era uno de los objetivos del Plan de Barrios impulsado por el consistorio entre 2021-2024.

Exclusión residencial y desahucios 

En Barcelona, las dificultades a la hora de hacer frente al pago de alquileres e hipotecas desembocan diariamente en una cantidad insoportable de desahucios. La falta de datos públicos y desagregados sobre este fenómeno es un problema añadido, ya que no permite hacer análisis precisos y dificulta la puesta en marcha de medidas que puedan atajar de forma eficaz la cuestión. Aún así, el trabajo de distintos colectivos ha permitido cartografiar todas las convocatorias para parar desahucios en los últimos siete años. Como se puede ver en la imagen siguiente, el Poble-sec sufrió un número muy considerable de casos de desahucio con orden judicial.


En 2016, el Ayuntamiento de Barcelona creó la Unidad Contra la Exclusión Residencial (UCER) para apoyar a las personas en riesgo de pérdida de su vivienda. Según datos municipales, en 2018 dicha entidad atendió a 2.270 unidades familiares afectadas por un proceso de lanzamiento. El distrito con más familias atendidas fue Nou Barris (403), seguido por Sants-Montjuïc (363). Si bien estas cifras no recogen la totalidad de los desahucios, ayudan a inferir una tendencia. Pero, a pesar de los esfuerzos de la UCER, sigue habiendo muchos casos de desalojo por falta de acuerdo entre propietarios e inquilinos. En el Poble-sec, todavía se recuerda con mucho dolor el caso de la familia de cuatro miembros que fue expulsada de su casa por impago del alquiler en febrero de 2022. El estado laboral de los cónyuges no permitía pagar los 850 euros mensuales y la propietaria se había negado a negociar un alquiler social.

La respuesta de los movimientos sociales

«Desde siempre, el Poble-sec se ha distinguido por el carácter comunitario y arraigado de su tejido social», afirma Font. Según él, eso ha hecho que, junto con otros barrios del Distrito de Sants-Montjuïc, fuera una de las zonas con mayor capital social de Barcelona. A pesar de que con el tiempo las relaciones vecinales se han ido debilitando, el barrio todavía goza de la protección cotidiana de asociaciones locales que destacan por su beligerancia, como el Sindicat de Barri del Poble-sec o el Comitè de Defensa del Barri del Poble-sec. También otras de mayor escala, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y el Sindicat de Llogateres. Estas entidades juegan un papel fundamental, tanto defendiendo de abajo arriba el derecho a la vivienda y a la ciudad como presionando a las administraciones públicas para que hagan lo propio.

En cuanto a las posibles respuestas, Carme Arcarazo, portavoz del Sindicat de Llogateres, advierte que «no hay una bala de plata, una receta única capaz de garantizar el derecho a la vivienda». El Sindicat aboga por una combinación de soluciones tan diversas como complementarias. Entre ellas, están las regulaciones que ponen orden en el mercado privado, como «topar por ley el incremento de los alquileres», ya que, según la portavoz sindical, «Barcelona es una de las ciudades europeas donde el alquiler se come una mayor parte de los ingresos de la población». También hay que regular el mercado para evitar que se desvíe vivienda de uso habitual hacia usos turísticos o terciarios o «impedir que los inquilinos tengan que pagar los gastos de las inmobiliarias». Por otro lado, más allá de las regulaciones, Arcarazo sostiene que las administraciones también deben ampliar los recursos destinados a la ampliación del parque público de alquiler. 

La necesidad de igualar las políticas de vivienda pública de ciudades como Viena y París también es señalada como prioritaria por Tonet Font. Este era precisamente el objetivo de los APROP (Alojamientos Provisionales de Proximidad), que ya se han desplegado en el Barri Gòtic y en el Poblenou. El urbanista afirma que, si hay voluntad política, la administración dispone de oportunidades para favorecer que la gente vulnerable se quede en el Poble-sec. Entre otros casos, destaca la fábrica Tenas de la calle Blesa y los terrenos municipales del recinto ferial de Montjuïc.  Por ello, Font subraya que WikiHousing es «una iniciativa interesante porque conjuga el acceso a la vivienda con la formación y la autoconstrucción comunitaria».